¡CONDENA LA REPRESIÓ! La OEA pide verificación imparcial de los resultados en Venezuela

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ENTRE TORMENTAS. La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó por consenso un proyecto de Resolución encabezado por Estados Unidos que condena «el fraude electoral y la represión ilegal» cometidos presuntamente por Nicolás Maduro en Venezuela.

La propuesta de Estados Unidos estaba respaldada por Antigua y Barbuda, Argentina, Canadá, Chile, Ecuador, Guatemala, Paraguay, República Dominicana, Suriname y Uruguay, y tras una ardua negociación logró que Brasil y Colombia aceptaran la condena diplomática al gobierno venezolano.

El embajador de Estados Unidos en la OEA, Franc Mora, encabezó una nueva ronda de conversaciones para encontrar un punto de inflexión que permitiera sancionar la iniciativa contra el gobierno de Maduro.

Tras dos horas de negociaciones, Brasil aceptó sumarse al proyecto tras forzar un cambio en los fundamentos del proyecto. “Fue un debate arduo. Pero garantizamos el proyecto: lo que vale es el articulado”, explicó un importante funcionario de la OEA, que conoce todos los secretos de la negociación.

Finalmente, a las 16:30 (hora del este), se aprobó por consenso la iniciativa presentada por Estados Unidos. “Reafirmamos nuestro compromiso en favor de los derechos humanos y las libertades fundamentales”, afirmó el embajador Mora cuando abrió la sesión extraordinaria.

La posición del representante de la Casa Blanca fue avalada por sus colegas de la Argentina, Canadá, Uruguay, Paraguay, Perú, Chile, Costa Rica, Ecuador y Santo Domingo. En todos los casos se reclamó por las actas electorales para desnudar el fraude electoral y que Maduro termine la represión ilegal en Venezuela.

“Entreguen las actas, muestren las actas, iluminen con las actas”, exigió Washington Abdala, embajador de Uruguay en el foro regional.

La iniciativa, que aprobó hoy en el Consejo Permanente de la OEA, establece:

  1. Reconocer la participación sustancial y pacífica del electorado de Venezuela en las elecciones celebradas el 28 de julio de 2024.
  2. Insistir con la mayor firmeza que el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales, el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de la persona, especialmente el derecho a reunirse pacíficamente y al ejercicio pleno de los derechos civiles y políticos sin represalias, el derecho a no ser sometido a detenciones ni encarcelamientos arbitrarios, y el derecho a juicio imparcial sea una prioridad absoluta y una obligación para Venezuela así como para todos los Estados de las Américas.
  3. Llamar a todas las partes interesadas, actores políticos y sociales, con inclusión de las autoridades en Venezuela, a abstenerse de cualquier conducta que pueda comprometer la construcción de una salida pacífica de esta crisis, respetando la voluntad soberana del electorado venezolano.
  4. Solicitar a las autoridades de la República Bolivariana de Venezuela que protejan las instalaciones diplomáticas y al personal residente en territorio venezolano, incluidas las personas que soliciten asilo en dichas instalaciones, de conformidad con el derecho internacional, y en particular con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares.
  5. Resaltar la importancia de proteger y preservar todos los equipos utilizados en el proceso electoral, incluyendo todas las actas y resultados impresos, a fin de salvaguardar toda la cadena de custodia del proceso de votación.
  6. Instar al Consejo Nacional Electoral de la República Bolivariana de Venezuela a que: (a) publique de manera expedita las actas con los resultados de la votación de las elecciones presidenciales a nivel de cada mesa electoral, y (b) respete el principio fundamental de la soberanía popular a través de una verificación imparcial de los resultados que garantice la transparencia, credibilidad y legitimidad del proceso electoral.
  7. Expresar solidaridad con el pueblo venezolano y comprometerse a permanecer atento a la situación en la República Bolivariana de Venezuela”.

Tras noventa minutos de debate, la sesión especial concluyó. En el recinto de sesiones hubo una sensación agridulce: satisfacción por la condena al gobierno de Venezuela y resignación por el tenue tono diplomático.
GS / Infobae